Diagnosticar el Lipedema, en ocasiones se puede detectarse a simple vista aunque el diagnóstico siempre se realiza a través de un examen clínico y una anamnesis.
La anamnesis consiste simplemente en una consulta donde se identifica al individuo y sus dolencias actuales, si hay rasgos familiares similares, y sus condiciones ambientales y personales, que influyen en su estado de salud. Además incluye una consulta del historial clínico y los hábitos de vida de la paciente.
Principales síntomas
- Desproporción corporal entre la parte superior del cuerpo, que permanece proporcionada, y las extremidades inferiores que presentan una protuberancia acusada pero simétrica entre sí.
- Niveles elevados del índice IMC (índice de masa corporal).
- La dieta y el ejercicio no producen ningún cambio en la acumulación de grasa y aparición de nódulos.
- Sensación de tensión, dolor al apretar sobre la zona de acumulación y una mayor facilidad para que aparezcan moratones en ella.
Estos son los síntomas más importantes para diferenciar el lipedema de la obesidad común, sobre todo si ambas condiciones coexisten.
Diferencia entre lipedema y linfedema
Aunque lipedema y linfedema son dolencias diferentes a nivel fisiopatológico, pueden confundirse porque ambas generan un aumento anormal del volumen de la zona afectada.
Los linfedemas afectan al sistema linfático y producen edemas que son consecuencia de la acumulación de líquido en zonas localizadas como las extremidades.
Por su parte, el lipedema o lipoedema, el tema que nos ocupa, está definido como una alteración en la metabolización de grasa debido a distintas causas, y es bilateral, es decir que la acumulación de grasa se da de forma simétrica en ambos lados del cuerpo.
Además el lipedema, cuando es más acusado, presenta lo que comúnmente se conoce como piel de naranja de forma bastante reconocible.